viernes, marzo 30, 2007

La desigualdad de genero y su ayuda a perpetuar los modelos de miseria.

Cómo hacer una reflexión sobre la extrema pobreza en el mundo sin hablar desde la propia realidad, cómo intentar mantenerse impasible frente a la gran misión que tiene la civilización. Desde una perspectiva teórica se pueden analizar las variables, los factores de riesgo, esto es un trabajo que a los científicos sociales nos costará años, pero como personas hay conceptos que se nos escapan, cosas que tienen que ver con dolores y todo otro mundo que está oculto al ojo metódico de la ciencia o con arraigos ancestrales de sobrevivencia, los cuales estamos lejos de poder traducir a modelos psicosociales.
Dentro de esto, existen múltiples factores en que los organismos del mundo están trabajando, personalmente quiero referirme al problema de la desigualdad de genero, que al menos dentro de la realidad que yo conozco, es quizás el que con mayor fuerza incide en la condición de vida de las personas, no sólo de las mujeres (bien sabido es que la calidad del aprendizaje de los niños correlaciona con el nivel educativo de la madre, por ejemplo) por que estas son el pilar de la estructura básica de la sociedad, es decir la familia.
En este problema existen modelos de carencia que se han perpetuado en nuestra cultura, hace muy poco, por ejemplo, en Bolivia se vio como al proponer una sistema legislativo para comunidades altiplánicas, estas comenzaron con prácticas de humillación y sometimiento para las mujeres (como cortarles el pelo públicamente al ser acusadas de infidelidad, incluso han llegado azotarlas). Alguna profesora de psicología social podría decir (y lo hizo) que “esto guarda relación con las costumbres normativas de una cultura”, pero aunque así sea este pequeño ejemplo dice mucho acerca de lo arraigado de la desigualdad de genero en las personas. La diferencia es que en comunidades más “civilizadas” como la nuestra estas practicas de discriminación se han ido sofisticando hasta institucionalizarse (como por ejemplo que en Chile no existe legislación sobre el aborto, y la ley de divorcio tiene claros errores de origen). Independiente si uno está o no de acuerdo con esto la misión del estado es proteger a través de normativas, pero esas normativas en Chile no existen o son malas, favoreciendo un abordaje paternalista o asistencialista de estos problemas, sin ir a la raíz, la que a mi juicio radica en enseñar las herramientas que les permitan a las mujeres tomar decisiones en todo orden de sus vidas, de manera responsable, en beneficio de sus vidas y sus familias.
En chile se ha convertido en un estereotipo la madre adolescente, sola, que debe abandonar los estudios, trabajar en los que pueda y enfrentar una tras otra dificultad ¿cómo llegó a convertirse en estereotipo? Porque tal vez no esté tan alejado de la realidad. Como tampoco lo está el estereotipo de la jefa de hogar, del esposo abusador, el de la mujer resignada que calla sus penas. Son todas estas, manifestaciones del mismo desconsuelo del creer que no se puede cambiar la realidad, pero desde la psicología sabemos que estas realidades si son modificables, se puede trabajar en contra del abuso y de la falta de oportunidades y en contra de la participación desigual. Todo el trabajo que se está haciendo a nivel mundial sobre empoderamiento, intervenciones tempranas o primarias, salud mental comunitaria, higiene mental y muchos otros nos entregan una visión positiva al menos del esfuerzo que se realiza en torno a este tema que, como ya dije, nos incumbe a todos porque está a la base de la estructura familiar, que es el soporte y la institución más necesaria de nuestra cultura.
Dile alguna wea a psicomunidad 12:15 p. m.

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